Hoy sábado me dije: un buen trozo de chocolate probablemente haga fluir mis ideas. Me lo merecía. Estaba escribiendo los antecedentes de mi proyecto de pregrado para aspirar a la Licenciatura de Letras. Necesitaba que mi cuerpo reaccione. No tanto mi cuerpo sino mis manos; necesitaba que ellas tomen conciencia del tiempo y escriban, de manera acaudalada. Que al menos los dedos hablen concisa y correctamente sobre el tema que compete. Chocolate de sábado por la tarde. Ricura.
Caracas, 22 de agosto El otro día compré un tinto en el mercado y me dije: me lo voy a tomar a solas, conmigo.
a los que todavía nos quedan varios años en la carrera, bueno, habrá que comprarse un estómago
ResponderEliminarGracias Pablo, te agrego entre mis links. Tu blog es muy interesante.
ResponderEliminar